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1.- El Escenario del Tiempo Profundo: Una exploracion de la escala Geologica Pre-Cenozoica. 1.1.-Una Breve Mirada a la Escala del Tiempo Geológica

Tiempo de lectura entre 12 y 15 minutos.

Dimensionando la Historia Terrestre

La comprensión de la historia humana, desde sus raíces prehistóricas más profundas hasta las complejidades de las civilizaciones antiguas, requiere ineludiblemente una apreciación de la escala temporal en la que se inscribe. El concepto de "Tiempo Profundo" (Deep Time), popularizado por John McPhee a partir del trabajo de geólogos como James Hutton y Charles Lyell, se refiere a la inmensa cronología de la historia geológica de la Tierra, una extensión temporal que empequeñece la duración de la existencia humana y redefine nuestra percepción del cambio y la permanencia. Antes de adentrarnos en la Era Cenozoica, el escenario inmediato del ascenso de los mamíferos y la evolución primate, es fundamental delinear las características definitorias de las vastas extensiones de tiempo que la precedieron: el Supereón Precámbrico y las Eras Paleozoica y Mesozoica del Eón Fanerozoico. Esta exploración no solo establece el marco cronológico, sino que también revela los procesos geológicos y biológicos fundamentales –la formación del planeta, el origen de la vida, la oxigenación de la atmósfera, la tectónica de placas, la aparición de la multicelularidad compleja y las grandes extinciones en masa– que configuraron irrevocablemente el mundo que eventualmente heredaría el linaje humano. La Escala de Tiempo Geológico, estandarizada y continuamente refinada por la Comisión Internacional de Estratigrafía (ICS), proporciona la nomenclatura y las divisiones jerárquicas (Eones, Eras, Periodos, Épocas, Edades) que estructuran esta narrativa de miles de millones de años.

"La inmensa cronología de la historia geológica de la Tierra, una extensión temporal que empequeñece la duración de la existencia humana y redefine nuestra percepción del cambio y la permanencia"

El Supereón Precámbrico: La Larga Aurora de la Tierra y la Vida (c. 4.54 Ga - 541 Ma)

Abarcando aproximadamente el 88% de la historia total de la Tierra, el Precámbrico no es un Eón formal, sino un supereón que agrupa los tres primeros eones: Hádico, Arcaico y Proterozoico. Este inmenso lapso temporal se caracteriza por la formación y estabilización inicial del planeta, el origen de la vida y su lenta evolución en formas predominantemente microbianas, y transformaciones atmosféricas y climáticas radicales. El registro fósil es comparativamente escaso y a menudo ambiguo, dominado por evidencias indirectas y estructuras biogénicas como los estromatolitos.

  • El Eón Hádico (c. 4.54 - 4.0 Ga): Nombrado en referencia al Hades infernal, este eón inicial cubre el periodo desde la formación de la Tierra por acreción planetesimal hasta la aparición de las rocas más antiguas conocidas. Fue una época de condiciones extremas: diferenciación del núcleo metálico y el manto rocoso, formación de una atmósfera primitiva (probablemente rica en dióxido de carbono, nitrógeno y vapor de agua, pero sin oxígeno libre), y la colosal colisión que formó la Luna. La superficie terrestre era probablemente volcánica y sometida al intenso bombardeo de meteoritos y asteroides (el "Bombardeo Intenso Tardío" o Late Heavy Bombardment, fechado a menudo cerca del límite Hádico-Arcaico). Aunque la existencia de océanos líquidos tempranos es plausible (evidencias de circones detríticos datados en >4.0 Ga sugieren presencia de agua líquida), las condiciones eran hostiles para la vida tal como la conocemos. No existen evidencias fósiles directas del Hádico.
  • El Eón Arcaico (c. 4.0 - 2.5 Ga): Este eón presencia la estabilización gradual de la corteza terrestre y la formación de los primeros núcleos continentales estables (cratones). Los océanos cubrían gran parte del planeta. La atmósfera seguía siendo anóxica (sin oxígeno libre significativo). Es durante el Arcaico cuando emergen las primeras evidencias sólidas de vida. Se trata de organismos procariotas (bacterias y arqueas) relativamente simples, anaeróbicos o quimiosintéticos. Los estromatolitos, estructuras laminares formadas por la actividad de comunidades microbianas (a menudo cianobacterias fotosintéticas en épocas posteriores), aparecen en el registro fósil del Arcaico temprano a medio (c. 3.5 Ga). Hacia finales del Arcaico, es probable que ya existieran diversas formas de fotosíntesis, incluyendo la fotosíntesis oxigénica realizada por las cianobacterias, aunque el oxígeno producido era rápidamente consumido por reacciones químicas con elementos reducidos (como el hierro disuelto en los océanos, que precipitó formando las formaciones de hierro bandeado).
  • El Eón Proterozoico (c. 2.5 Ga - 541 Ma): El eón más largo, caracterizado por cambios atmosféricos y biológicos cruciales, aunque a menudo considerado un periodo de relativa estabilidad evolutiva ("The Boring Billion", c. 1.8-0.8 Ga). El evento más significativo fue la Gran Oxidación ("Great Oxidation Event", GOE), ocurrida en el Paleoproterozoico (c. 2.4-2.1 Ga), cuando la producción de oxígeno por las cianobacterias superó la capacidad de los sumideros químicos, provocando un aumento significativo y permanente del oxígeno libre en la atmósfera y los océanos superficiales. Esto tuvo consecuencias dramáticas: una crisis para los organismos anaeróbicos obligados y la posibilidad de metabolismos aeróbicos más eficientes. El Proterozoico también vio la aparición y diversificación temprana de las células eucariotas (con núcleo y orgánulos), probablemente a través de procesos endosimbióticos (hace c. 1.8-1.6 Ga). La multicelularidad compleja surgió más tarde, con evidencias de algas multicelulares y, hacia el final del eón, en el Periodo Ediacárico (c. 635-541 Ma), la enigmática Biota Ediacárica: los primeros organismos multicelulares grandes y complejos conocidos, de cuerpo blando y planes corporales extraños, cuya relación con los animales posteriores es objeto de debate. Geológicamente, el Proterozoico fue testigo de la formación y fragmentación de supercontinentes como Rodinia y Pannotia, y de periodos de glaciación global extrema ("Snowball Earth").

El Eón Fanerozoico: La Era de la Vida Visible (c. 541 Ma - Presente)

El Fanerozoico ("vida visible") marca un cambio drástico en el registro fósil, con la aparición y diversificación de organismos con partes duras (conchas, esqueletos) que fosilizan mucho más fácilmente. Se divide en las Eras Paleozoica, Mesozoica y Cenozoica. Aquí nos centraremos en las dos primeras.

La Era Paleozoica (c. 541 - 252 Ma): La Explosión de la Vida Antigua y la Conquista de la Tierra

Esta era fue testigo de una extraordinaria diversificación biológica, la colonización del medio terrestre y varias extinciones masivas significativas.

  • Periodo Cámbrico (c. 541-485 Ma): Famoso por la "Explosión Cámbrica", un evento (probablemente un proceso extendido más que una explosión instantánea) de rápida diversificación evolutiva donde aparecieron la mayoría de los filos animales modernos y muchos otros extintos. El registro fósil (yacimientos excepcionales como Burgess Shale y Chengjiang) revela una fauna marina diversa y a veces extraña, dominada por artrópodos (como los trilobites), moluscos primitivos, esponjas, equinodermos y los primeros cordados (ancestros de los vertebrados). La adquisición de esqueletos y caparazones fue una innovación clave.
  • Periodo Ordovícico (c. 485-443 Ma): Continuó la diversificación marina ("Great Ordovician Biodiversification Event"). Braquiópodos, briozoos, corales tabulados y rugosos, graptolitos y grandes cefalópodos nautiloideos fueron abundantes. Aparecieron los primeros peces agnatos (sin mandíbulas) con coraza ósea. Posibles primeras incursiones de plantas y artrópodos en ambientes terrestres húmedos. La era termina con la primera de las "cinco grandes" extinciones masivas (Extinción Ordovícico-Silúrica), probablemente ligada a una glaciación.
  • Periodo Silúrico (c. 443-419 Ma): Recuperación de la vida marina tras la extinción. Evolución crucial de los peces: aparecen los primeros peces con mandíbulas (gnatostomos), incluyendo placodermos acorazados y acantodios ("tiburones espinosos"). La colonización de la tierra firme se hace inequívoca: desarrollo de las primeras plantas vasculares (como Cooksonia), capaces de transportar agua y vivir fuera de ambientes acuáticos; aparición de los primeros animales terrestres documentados (miriápodos, arácnidos primitivos).
  • Periodo Devónico (c. 419-359 Ma): A menudo llamado la "Edad de los Peces" por la gran diversificación y dominio de los distintos grupos de peces, incluyendo los placodermos gigantes (como Dunkleosteus), condrictios (tiburones y rayas) y osteíctios (peces óseos). Dentro de estos últimos, los peces de aletas lobuladas (sarcopterigios) dieron origen a los primeros tetrápodos (vertebrados con cuatro extremidades), como Tiktaalik e Ichthyostega, que comenzaron a explorar el medio terrestre. En tierra, se desarrollaron los primeros bosques (con árboles primitivos como Archaeopteris), proporcionando nuevos hábitats y alterando los ecosistemas terrestres. El periodo finalizó con otra gran extinción masiva (Extinción del Devónico Tardío), que afectó severamente a la vida marina, especialmente a los arrecifes y placodermos.
  • Periodo Carbonífero (c. 359-299 Ma): (Dividido en Misisípico y Pensilvánico en Norteamérica). Caracterizado por climas cálidos y húmedos y la proliferación de extensos bosques pantanosos dominados por licopodios gigantes, helechos arbóreos y colas de caballo, cuyos restos formaron los grandes yacimientos de carbón actuales. Los niveles de oxígeno atmosférico alcanzaron máximos históricos, lo que pudo permitir el gigantismo en algunos artrópodos terrestres (libélulas gigantes, miriápodos enormes). Los anfibios tetrápodos se diversificaron notablemente. Aparecieron los primeros amniotas (vertebrados cuyo huevo puede desarrollarse fuera del agua), que se dividieron tempranamente en dos linajes: Sinápsidos (que conducirían a los mamíferos) y Saurópsidos (que conducirían a reptiles y aves).
  • Periodo Pérmico (c. 299-252 Ma): Los amniotas se convirtieron en los vertebrados terrestres dominantes. Los sinápsidos (como Dimetrodon y terápsidos posteriores) fueron particularmente exitosos. Los reptiles saurópsidos también se diversificaron. Las condiciones climáticas se volvieron gradualmente más secas y frías a medida que las masas continentales se unían para formar el supercontinente Pangea. La flora cambió, con la expansión de gimnospermas adaptadas a la sequía (como las coníferas). El Pérmico concluyó con la mayor extinción masiva de la historia de la Tierra: la Extinción Pérmico-Triásica ("The Great Dying"), que aniquiló aproximadamente el 96% de las especies marinas y el 70% de las especies de vertebrados terrestres, posiblemente causada por masivas erupciones volcánicas (Siberian Traps), calentamiento global y anoxia oceánica.

La Era Mesozoica (c. 252 - 66 Ma): El Reinado de los Reptiles y la Fragmentación de Pangea

Tras la devastación del Pérmico-Triásico, la vida se recuperó lentamente y evolucionó hacia nuevas formas dominantes, en un mundo geográficamente cambiante por la fragmentación de Pangea.

  • Periodo Triásico (c. 252-201 Ma): La recuperación biótica fue lenta. En los mares, reaparecieron los arrecifes y se diversificaron nuevos grupos de reptiles marinos (ictiosaurios, notosaurios). En tierra, los reptiles arcosaurios se diversificaron rápidamente, dando lugar a los linajes de los cocodrilomorfos y, crucialmente, a los primeros dinosaurios (inicialmente pequeños y bípedos) y pterosaurios (reptiles voladores). Los terápsidos sinápsidos supervivientes disminuyeron en diversidad, pero de ellos evolucionaron los primeros mamíferos verdaderos (pequeños, probablemente nocturnos). La flora estaba dominada por gimnospermas (coníferas, cícadas, ginkgos). Pangea comenzó a mostrar signos de fractura. El periodo terminó con otra extinción masiva (Extinción Triásico-Jurásica), que eliminó a muchos arcosaurios primitivos y grandes anfibios, abriendo nichos ecológicos que serían ocupados por los dinosaurios.
  • Periodo Jurásico (c. 201-145 Ma): La "Edad de los Dinosaurios" en pleno apogeo. Los dinosaurios se convirtieron en los vertebrados terrestres dominantes, alcanzando tamaños gigantescos (saurópodos como Brachiosaurus y Diplodocus) y diversificándose en numerosos grupos (terópodos carnívoros como Allosaurus, ornitisquios herbívoros como Stegosaurus). Los pterosaurios dominaban los cielos. Los reptiles marinos (ictiosaurios, plesiosaurios de cuello largo, pliosaurios) eran depredadores marinos importantes. Aparecieron las primeras aves (Archaeopteryx), evolucionadas a partir de pequeños dinosaurios terópodos emplumados. Los mamíferos continuaron siendo pequeños y ecológicamente marginales. Pangea continuó fragmentándose activamente, con la apertura del Atlántico central.
  • Periodo Cretácico (c. 145-66 Ma): Los dinosaurios alcanzaron su máxima diversidad (tiranosáuridos, hadrosáuridos, ceratopsianos, anquilosáuridos). Las aves continuaron diversificándose. Un evento evolutivo crucial fue la aparición y rápida diversificación de las angiospermas (plantas con flor), que gradualmente reemplazaron a las gimnospermas como flora dominante en muchas regiones, coevolucionando con insectos polinizadores. Los mamíferos, aunque aún mayoritariamente pequeños, también se diversificaron en varios linajes (multituberculados, monotremas, marsupiales, placentarios primitivos). La fragmentación de Pangea continuó, dando lugar a la configuración continental cercana a la actual, con niveles del mar generalmente altos que crearon extensos mares interiores. La era terminó abruptamente con la Extinción Cretácico-Paleógeno (K-Pg), causada principalmente por el impacto de un gran asteroide en Chicxulub (Península de Yucatán) y posiblemente exacerbada por el vulcanismo masivo de las Traps del Decán (India). Este evento extinguió a todos los dinosaurios no avianos, pterosaurios, grandes reptiles marinos y ammonites, entre otros muchos grupos.

Conclusión: El Legado del Tiempo Profundo Pre-Cenozoico

La exploración de la escala de tiempo geológico anterior al Cenozoico revela un planeta en constante transformación y una biosfera dinámica, marcada por innovaciones evolutivas trascendentales y cataclismos periódicos. Desde la formación ígnea del Hádico hasta la lenta emergencia de la vida microbiana en el Arcaico, pasando por la oxigenación atmosférica y la aparición de la multicelularidad en el Proterozoico, se sentaron las bases químicas y biológicas para la explosión de vida compleja del Fanerozoico. La Era Paleozoica fue testigo de la conquista de los océanos y la tierra firme por parte de animales y plantas, culminando en la formación de Pangea y la devastadora extinción Pérmico-Triásica. La Era Mesozoica, dominada por los reptiles y marcada por la fragmentación de Pangea, vio la evolución de mamíferos y aves, y la aparición revolucionaria de las plantas con flor, antes de concluir con el impacto que redefiniría el curso de la evolución. Cada eón, cada era, cada periodo dejó una impronta indeleble en la Tierra y en el linaje de la vida, creando el complejo tapiz geológico y biológico sobre el cual, en la subsecuente Era Cenozoica, los mamíferos heredarían el planeta y el linaje primate emprendería el camino evolutivo que finalmente conduciría a la aparición de Homo sapiens. Comprender esta profunda historia es esencial para contextualizar la prehistoria humana no como un inicio absoluto, sino como la continuación de un proceso evolutivo multimillonario en un planeta en perpetuo cambio.

 

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